Bruno Paredes

Bruno Paredes es panameño. Es cuentacuentos, titiritero, director teatral, productor, actor, profesor y camarógrafo. Hasta hace de mago.

Empezó con un teatro de títeres. Sigue teniéndolo, pero ahora con la experiencia que da el camino andado y los años vividos, fusiona sus habilidades y técnicas para lograr más impacto e involucrar a más personas, desde niños hasta adultos mayores, en la producción de arte: teatro popular, teatro callejero.

La mayoría de quienes conforman el elenco de sus montajes jamás ha pisado un escenario, pero disfruta a rabiar la experiencia, rica en aprendizajes y autodescubriento.

En los últimos años dentro del teatro experimental o clásico ha trabajado en montajes como “Cristóbal Colón, raíces 1492” y la propuesta “Don Quijote”. Fueron 56 exitosas funciones en un año y medio 1 1/2, con 52 actores en escena.

Con el apoyo del INAC, lo presentó en colegios, en distintas instituciones y en la Feria del Libro. En el 2008, llevó al tablado “El destierro del Mío Cid”.

El 17 de diciembre próximo, en una iniciativa conjunta con la Embajada de Venezuela, proyecta presentar “Pasión y traición de Simón Bolívar”.

Su elenco suele estar conformado “no por actores que dicen ser actores dentro del patio. Busco personas de la calle y le enseño dominio de la expresión escénica, expresión corporal y lenguaje verbal”.

Bruno Paredes utiliza las técnicas de Jerzy Grotosky para el montaje. Las técnicas de “laboratorio humano”.

El arte teatral de Bruno ---Paredes es para todo tipo de apetito y como titiritero profesional maneja 17 técnicas, además trabaja en docencia con música experimental.

Realiza trabajos de docencia teatral en comunidades como Penonomé, Santiago y Chiriquí, con el patrocinio de agencias internacionales.

Hace música africana con d´jembes africanos (especie de tambores) que usa como cuentacuentos y en presentaciones con personalidades internacionales, junto con Olimpo un amigo suyo, percusionista radicado en Italia, que vivió en Cuba.

Tiene dos compañías equipadas con teatro itinerante y se dedica a enseñar a la gente de distintas comunidades del país, que el teatro es un instrumento didáctico, un lenguaje universal, que permite auscultar la sociedad y retratarla con sus dolencias, sus grandezas, sus flaquezas y sus sueños. También facilita mirar al pozo profundo del alma y sacar a flote, a la vez que despertar en la audiencia, emociones, sensaciones.

Finalmente, nos dice que no le gusta que le digan teatrista. Prefiere el término teatrero.